La formula real para sanar tu relación con la comida
¿Te sientes atrapada en un ciclo de restricción, atracones y culpa?
Si es así, quiero que sepas algo importante: no estás sola, y salir de este ciclo es posible.
A menudo, nos encontramos luchando contra nuestro cuerpo y nuestras elecciones alimenticias, con la falsa esperanza de que más control o más dietas resolverán el problema con la comida. Pero la realidad es que el verdadero cambio no está en prohibir alimentos ni en aumentar las restricciones, sino en construir una relación más saludable y compasiva contigo misma y con la comida.
Hoy quiero compartir contigo cuatro claves fundamentales para romper el ciclo y empezar a vivir en paz con la comida.
1. Deja de Restringir
Prohibir alimentos suena como una solución lógica cuando quieres mejorar tu alimentación, pero en realidad, las restricciones solo aumentan el deseo. Cuando etiquetas ciertos alimentos como “prohibidos” o “malos”, creas una relación de obsesión con ellos.
Al final, lo que intentas evitar se convierte en lo que más buscas, lo que lleva a comer con descontrol y, después, a la culpa.
¿La alternativa?
•Permítete comer de todo con moderación y sin juicio.
•Escucha tu cuerpo y pregúntate: ¿Realmente lo quiero?
•Confía en que, cuando dejas de prohibir alimentos, tu cuerpo encuentra un equilibrio natural.
2. Reconecta con tu Cuerpo
¿Cuántas veces comes de manera automática, sin prestar atención a lo que realmente necesitas? Vivimos tan desconectadas de nuestro cuerpo que ignoramos sus señales de hambre y saciedad.
Para empezar a reconectar, prueba estas estrategias:
•Come con atención plena: Saborea cada bocado, sin distracciones como el móvil o la televisión.
•Respeta tus señales internas: Aprende a diferenciar entre hambre física y hambre emocional.
•Detente a mitad de la comida: Pregúntate si todavía tienes hambre o si ya estás satisfecha.
Reconectar con tu cuerpo no es algo que ocurra de la noche a la mañana, pero cuanto más practiques, más fácil será escucharlo y confiar en él.
3. Gestiona tus Emociones
Muchas veces, los atracones no tienen que ver con la comida, sino con nuestras emociones. El estrés, la tristeza, el aburrimiento o la ansiedad pueden llevarte a buscar alivio en la comida. Y aunque comer puede ofrecer un consuelo momentáneo, no resuelve el problema de fondo.
¿Qué puedes hacer?
•Identifica tus emociones: Antes de comer, pregúntate: ¿Qué siento ahora?
•Busca estrategias alternativas: Prueba la respiración profunda, la escritura terapéutica o actividades creativas como pintar o bailar para canalizar lo que sientes.
•Aprende a cuidar tus emociones: No necesitas comida para calmarte; necesitas amor y compasión hacia ti misma.
4. Busca Apoyo Profesional
Sanar tu relación con la comida es un proceso profundo, y no tienes que hacerlo sola. Un equipo especializado puede acompañarte en este camino:
•Un dietista-nutricionista puede ayudarte a crear un plan alimenticio individualizado, libre de restricciones y adaptado a tus necesidades.
•Un psicólogo especializado trabajará contigo para identificar los desencadenantes emocionales de tus atracones, enseñarte habilidades de gestión emocional y ayudarte a transformar tu diálogo interno.