¿Ser o estar gorda? La gran pregunta
Hoy quiero abrir un melón bien grande y controvertido que hace tiempo me ronda por la cabeza.
¿Ser gorda o estar gorda? ¿Cuál sería la forma correcta, si es que la hay?
Quiero dejar claro que en este post no voy a resolver esta última pregunta, pero si quiero arrojar algo de luz y explicar mi historia personal para quien le pueda servir de ayuda.
Mi experiencia
No recuerdo exactamente en que momento me di cuenta de que mi cuerpo no era normativo. De pequeña vivía feliz en mi cuerpo, puesto que me permitía moverme, jugar y experimentar. En resumen, era el vehículo que me permitía experimentar la vida. Recuerdo que la gente decía que me estaba criando “hermosa”, yo no entendía muy bien lo que eso quería decir, aunque pronto lo descubriría.
En el colegio los niños empezaron a llamarme “tiranosaurio rex” era su manera de decirme que era grande. Eso me enfadaba mucho y mi respuesta era pegar a los niños que me decían esas cosas. Si recuerdo en la adolescencia que con el desarrollo los cambios físicos empezaron a evidenciar grandes diferencias. Mi cuerpo empezó a formar curvas, mis pechos se volvieron cada vez más grandes y fue aquí donde ya recuerdo perfectamente recibir comentarios más explícitos sobre mi cuerpo.
-Como te estás poniendo.
-Vigila que ahora eres una mujer y tienes que controlar lo que comes, si no con el tiempo te pondrás muy gorda.
A todo esto hay que sumarle que los cuerpos gordos que se salían de la norma no estaban representados en ningún sitio. La falta de referentes, hacía que cuando me comparaba con el video de Sindy Creufor de ejercicios de mi madre me diera cuenta de que mi cuerpo no era el esperado.
Por aquella época, los cuerpos de mujeres que se veían en la TV o las revistas, eran los de las modelos como Cindy Crawford, Naomy Campbell, Judiht Mascó. En resumen, crecí como casi todas en una sociedad con un canon de belleza asociado a la delgadez y una gordofobia brutal, que de forma indirecta me decía que ni cuerpo no era el esperado.
Esto lo vas interiorizando, así que de primeras me identificaba con, estoy gorda, para mí eso era un tránsito.
estaba gorda, pero si me esforzaba lo suficiente podría llegar a estar delgada.
Eso era lo que me vendían y yo me lo creía. Así que pase mi adolescencia entre dietas y tablas de ejercicio para llegar a esa delgadez.
En la edad adulta, la mentalidad dieta, el ideal de delgadez seguían siendo el motor de mi vida. Y aunque no había conseguido mi objetivo, yo realmente pensaba que en algún momento lo lograría. El problema era que en cada dieta que hacía recuperaba más peso del que había perdido, pero eso es otro tema y da para otro post.
En definitiva, yo sabía que era gorda, pero no lo quería aceptar como parte de mí, así que todos mis esfuerzos se centraban en ser delgada. Y digo ser, ya que es lo que realmente quería ser, delgada que es lo socialmente aceptado y aplaudido.
Durante una etapa de mi vida centré todos mis esfuerzos en adelgazar, dieta estricta, atracones durante lo cheat meals o comidas libres, entrenos de más de 3 horas diarias, con todo esto rocé la delgadez. Ahora sí que estaba delgada, pero no me sentía como tal. Una parte de mí seguía sin asumir los cambios del cuerpo.
Esta fue una de las etapas más oscuras de mi vida, aunque por fuera todo parecía resplandecer, por dentro estaba perdida. No podía salir a la calle sin maquillar, tenía un miedo atroz a quitarme la máscara que había construido y que la gente me viera realmente como era por dentro.
Tenía un cuerpo delgado, pero no me sentía delgada. Sentía rabia por toda aquella gente que me felicitaba y aplaudía mi nuevo aspecto. Me estaban valorando por mi cuerpo y no por la persona que realmente era. Yo seguía siendo la misma persona.
Creo que la máscara que me construí a base de maquillaje y de ir siempre impecable era para que la gente no se diera cuenta de que en el fondo era una gorda que se esforzaba al máximo por estar delgada, tal y como la sociedad exige.
Pero como ya sabemos, las dietas restrictivas no son eficaces, así que con el tiempo recuperé el peso que había perdido y gané algo más. De todo esto aprendí mucho, a raíz de hacer trabajo personal, me di cuenta de que no quería vivir persiguiendo un cuerpo perfecto y esconderme detrás de una máscara.
Empecé a hacer trabajo de aceptación y autoestima corporal, comprendí que mi cuerpo era el que era. Que me puede gustar más o menos, pero que no es un objeto y me permite experimentar la vida al igual que cuando era pequeña.
Claro que hay días en que sigo queriendo cambiar mi cuerpo, te mentiría si dijera que no es verdad. Pero entonces me pregunto el para qué? Y la respuesta es siempre la misma. Para ser más aceptada por la sociedad gordofobica que me rodea.
Una vez me preguntaron si tendría sentido cambiar mi cuerpo si viviera en una isla desierta.
Para mí la respuesta está muy clara ¿Qué opinas tú?
La diferencia para mí entre ser o estar gorda
¿Qué es estar gorda?
Estar gorda es, un estado que puede ser transitorio. Es decir, ahora estoy gorda, pero puedo estar delgada. Aquí puede haber de forma consciente o no un pensamiento del cuerpo como tránsito. Este concepto lo explica Magdalena Piñeiro en su libro. De manera resumida, quiere decir que creemos que el cuerpo es modificable a voluntad.
Si hay este pensamiento, seguramente puede haber también un deseo de cambiar el cuerpo, por lo general adelgazar para tener un cuerpo delgado y normativo.
¿Qué es ser gorda?
En cambio, ser gorda está más integrado con el autoconcepto. Nos indica que lo consideramos parte de nosotras. Nos identificamos con ello. Estar gorda es entonces una característica intrínseca de la persona. Ser gorda implica reconocer tu corporalidad. Puede ser que te guste o no, pero la aceptas como parte de ti.
Como digo, esta es mi experiencia personal y hay muchos matices sobre este tema. Pienso que lo realmente importante es que cada persona sepa como se define, que significa eso para ella y porque lo hace.
Si sientes que tu imagen corporal es un problema para ti, te animo a que le pongas remedio y trabajes en ello. Si esto te resuena, puedes pedir cita informativa para empezar un proceso individual.
Además, puedes descargarte completamente gratis el cuaderno para trabajar los pensamientos que te impiden tener una buena aceptación corporal en el apartado recuerdos de la web.
Un abrazo,