¿Estamos realmente mostrando diversidad corporal en la publicidad?
¿Aceptamos realmente los cuerpos grandes?
En los últimos tiempos han aparecido muchos movimientos a favor de una mayor universalidad de los diferentes cuerpos, en especial de los cuerpos grandes. El bodypositive, bodyneutral son algunos de ellos.
Parece que la sociedad y en especial las grandes marcas se empieza a hacer eco de esta necesidad de visibilidad de la diversidad corporal. Cada vez hay más imágenes en medios y redes sociales.
Hace escasos días una persona a la que acompaño me envió fotos de la página web de Decathlon dónde la modelo de los bikinis no era la típica de vientre plano y abdominales. Yo misma he visto otras campañas parecidas, la última que me resinó especialmente era de cuchillas de depilar y agradecí mucho que nuevamente el vientre de la modelo no fuera sacado de las revistas fitness, ya que me puede sentir algo más identificada y representada.
El hecho de que cada vez hay mayor diversidad corporal en las campañas publicitarias no lo voy a discutir. Ahora bien, la pregunta que os lanzo es la siguiente:
¿Estamos aceptando realmente la representación de los cuerpos grandes en los medios de comunicación o solo lo estamos maquillando?
Esto es lo que me gustaría desgranar en este post.
Si analizamos las nuevas tendencias a la hora de mostrar cuerpos no normativos en las campañas publicitarias encontraremos diferentes aspectos que a mi personalmente me chirrían mucho.
En primer lugar, los cuerpos grandes que aparecen en este tipo de publicidad no suelen ser más que una adaptación de los cuerpos delgados que establecen los cánones de belleza.
Hemos pasado del 90-60-90 al 180-120-180. En mi opinión es una ampliación métrica de la norma y del canon de belleza, pero no una ampliación real a la diversidad de cuerpos en todas sus tallas y formas.
Son pocos los anuncios dónde aparezcan cuerpos gordos considerados “no estilizados”. En los medios, sigue sin haber cabida para cuerpos grandes reales que pueden tener michelines, barrigas y panzas.
No aparecen cuerpos grandes con una distribución corporal diferente a lo normativo, con curvas que no reflejen el prototipo reloj de arena. En definitiva, cuerpos gordos con grasa creando pliegues allá donde sea necesario.
En segundo lugar, si este tipo de cuerpos no normativos aparecen, suelen ser imágenes muy pensadas. Son campañas dónde la persona gorda no es representada en su totalidad. Es decir, que no suelen ser fotografías de cuerpo entero. Y esto es algo que me rechina mucho, ya que los cuerpos delgados siempre aparecen representados en su totalidad.
Otra de las cosas que me tiene la mosca detrás de la oreja, es que solo se utilizan cuerpos no hegemónicos cuando las campañas son representadas por varias modelos. Es decir, que los cuerpos grandes se incluyen siempre y cuando el ideal de belleza sesgado por la delgadez también esté representado. Rara vez se lanza una campaña con una única modelo y que esta sea de talla grande. Así que a mi parecer la representación aparece como un más a más en la campaña y no como objetivo principal, como si pasa con los cuerpos delgados.
¿Hemos cambiado realmente? Tal vez estamos en el camino de la inclusión y la diversidad. Pero en mi opinión queda mucho por recorrer. Sí queremos llegar a una verdadera representación de la diversidad corporal. Los medios tienen que empezar a incluir muchos otros cuerpos. Cuerpos con sus diferentes pesos, tallas, formas y proporciones.
Todos los cuerpos merecen tener representación.